Tirada en la cama, mirando el techo sin mirarlo en realidad, emprendió un viaje en esa extraordinaria maquina del tiempo, su memoria. Imagenes sin un orden en particular, personas y momentos tan distantes que no parecían reales, pero eran suyos.
Con vergüenza vio tantos años perdidos en ese estado de sopor sin sentido, adormeciendose con drogas soporíferas de moda, alterando su propia realidad.
Recuerdos como fotos en casillas, todas guardando una historia.
Pero ya no quería recordar. Abrió los ojos y se sentó en la cama, decidió no ver un pasado tan lejano y comenzó a recordar los últimos meses. Pudo ver de lo que era capaz, que todo podía ser diferente, que estaba en ella la decisión de despertar, de cambiar su vida.
Solo pudo ver, como el sol asoma después de una tormenta, para regalarnos un arco iris.
Y puedo sonreír.
A.K.
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¡muy bien,A.K.!Tanto en poesia como en prosa escribis excelente!